Realizar tus estudios en el extranjero te convierte en un ser integral
Los viajes son el mejor antídoto en contra de los prejuicios. Según encuestas parte de la sociedad latinoamericana es algo prejuiciosa —sin el afán de generalizar— esto debido, al trato de las personas dependiendo de su nivel socioeconómico, raza, religión, identidad, etcétera.
El viajar te permite conectar con personas provenientes de todas partes del mundo, con riqueza cultural y diversidad de pensamiento. En los viajes conoces personas de lugares únicos, cuyos rasgos físicos, así como su riqueza cultural son alucinantes.
Algo que es increíble ver, por ejemplo, es cómo en un salón de clases de una universidad pública conviven personas —eso, “personas”—, sin ser diferentes por su nivel socioeconómico, color de piel, ni religión. No pretendo decir que esto es el paraíso, aunque anhelaría que así fuera con mayor respeto y convivencia racional en medio de la diversidad.
EXCELENCIA
De todos países puedes admirar la excelencia en el trabajo, desde la calidad del pan alemán, hasta la exactitud de un reloj suizo. En las espléndidas galerías de arte gratuitas observo obras geniales de artistas que le pusieron talento y corazón a cada una de ellas. Los musicales, por ejemplo de Londres, son el resultado de muchísimas horas de dedicación y prácticas. Aprecio lo mucho que podemos aprender unos de otros. A cada paso miro excelencia, exactitud, esfuerzo.
EDUCACIÓN
Una vez en un tren de un país europeo todos iban leyendo, menos yo. Esta experiencia caló en lo profundo de mi ser. Aprendí a leer con más regularidad. Ahora disfruto siempre de este hábito maravilloso que da vuelo a mi imaginación con cada historia de cada libro que llega a mis manos, con la información y conocimientos que transmiten.
La lectura me hace caer en cuenta de lo mucho que me falta por aprender y conocer; y mi ego da paso a una actitud más humilde, más sencilla… podría decir que de mejor ser humano. Como afirma el pensador francés Edgar Morin, vivimos en un archipiélago de certezas en medio de un océano de incertidumbres. En otras palabras, con cada conocimiento me vuelvo consciente de que hay mucho más por descubrir.
ÉTICA
Al ingresar al bus de Auckland, en Nueva Zelanda, y que nadie te revise el tiquete de si pagaste o no el pasaje, o en el supermercado al salir con un canasto lleno de compras y que nadie te diga nada, porque confía en tu ética, en que tomaste la decisión adecuada con respeto a las normas de convivencia social, eso no tiene precio. En otras palabras, en algunas culturas sí es posible la confianza en el otro a ojo cerrado. Si todos fuéramos dignos de este nivel de confianza, ¿cómo sería el mundo?
En conclusión, estudiar en el extranjero te hace un
mejor ser humano. Tenlo presente cuando viajes,
estudies o vivas en otro país. Abre tu mente y corazón
a todo lo nuevo que te ofrece estas oportunidades,
estas experiencias que marcan nuestra vida.